RESEÑA TRAS EL VELO



Creo que no voy a poder dormir bien en un año. Es cerrar los ojos y ver niños muertos, mutilados, desollados y vete a saber las jugarretas que mi imaginación me puede llegar a causar...


Nada hay tan glorioso ni peor, que una buena imaginación.


Tras el velo, mezcla de forma apasionante el género de terror "a la antigua" con los relatos de los escritores inmersos en la materia de hoy en día. Pero nada de "estropear" los relatos clásicos como "La pata de mono" o "El fantasma de la muñeca". Aquí cada cosa en su sitio y sin destripar clásicos. Como el agua y el aceite. Primero, nos muestra un relato actual y después "el original", sin que eso signifique que el primero es una copia. No. Sino de dónde ha sacado el autor la inspiración. De dónde las musas le dijeron el cómo hacer, eso si. Las musas tenían un día muy malo, porque repito, creo que voy a tener que dormir con lamparita igual que los niños pequeños.


Echo de menos algún clásico como "El barril de amontillado" o "Nunca más" de Edgar Allan Poe, consciente de que en éste libro ya no cabía nada más, espero saquen una segunda parte, me muero por saber qué haría un autor con éstos clásicos que he citado. Y yo masoca, seguiré sin poder dormir... Pero como dicen: Sarna con gusto, no pica.


Sobre los relatos clásicos, han sido elegidos con prestigio. Es una buena variedad de autores que quizá ahora no nos den tanto "miedito", pero que en la época habrán causado más de un infarto. No puedo citar un favorito. Cada uno tiene su forma de asustarme.


Sobre los nuevos: mucha variedad. Nos transportan desde Rusia hasta la otra punta del mundo. Todos los escenarios son buenos para una buena historia de terror. Pero más que de terror de miedo pavoroso. También ambientados en distintas épocas. Desde el primer relato, compuesto por David Jasso, hasta el último de Fernando Cámara, pasarás de un estado a otro, dentro de todas las gamas grises, negras y brumosas del miedo. Unos te asustarán más que otros. Pero ninguno te dejará indiferente.


Tampoco en éste caso puedo citar ninguno favorito. Pero el que quizá me haya impactado más ha sido el de "Los niños que lloran", por la trama. No diré nada, tendréis que leerlo para asustaros vosotros mismos. ¿A quién se le ocurre embarazada de siete meses y con un niño pequeño leer cuentos de terror? Pues creo que solo a mí. Así que me tocará dormir con el nene con la luz encendida, para no pasar miedo ninguno de los dos.



¿Eres Juan sin miedo? Léete TRAS EL VELO, después serás sólo Juan.


ésta reseña y muchas más las puedes encontrar en La Biblioteca Imaginaria, dónde colaboro desde hace unos meses...

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